Cuando hablamos de COOPECOCEIC, hablamos de esperanza, de trabajo en equipo y de perseverancia. Esto es particularmente cierto porque sus fundadores son padres de familia sin ningún vínculo previo con la educación, más que reconocer su importancia y la necesidad de que sea de calidad.

La gente de COOPECOCEIC  tuvo una visión sencilla pero práctica, vió un colegio  que imparte una educación de punta, pero a un precio razonable, no limitado a unos cuantos, sino abierto a todos y decidió  hacerlo realidad.

Si se hubiesen tomado el tiempo para valorar la magnitud de lo que enfrentaban, quizás no lo habrían fundado, pero  ellos vieron un futuro distinto para muchas familias de escasos recursos, un futuro que apenas han empezado a construir, una escalera de 100 peldaños, de los que apenas han subido unos pocos.

Llevaron su visión a la gente y la gente les creyó, y se acerco a trabajar y entonces apareció una instalación, producto de pequeños aportes, un saco de cemento, una lámina de zinc, un tarro de pintura, una puerta, unas horas de esfuerzo con una pala en la mano, o una brocha, o frente a un martillo.

Pasión,  solidaridad, apoyo mutuo y responsabilidad compartida, son quizás los inicios de una gran institución, hoy una parte en el alma y otra en la mente de sus fundadores.

Roger Vargas Rodríguez, GRETROG

Abril del 2009

Tomado del primer plan estratégico  de COOPECOCEIC